El padre Llanos: de confesor de Franco a comunista y a luchar por el Pozo del Tío Raimundo
- Juan Luis de No relata su historia en el documental Un hombre sin miedo
- Una película que cuenta con la participación de RTVE y que llegará a los cines este 7 de junio
Fue el cura de moda del franquismo, confesor de Franco, falangista... e incluso intentó alistarse en la División Azul. Pero acabó sacándose el carnet del Partido Comunista e instalándose en El Pozo del Tío Raimundo para luchar por los más pobres de Madrid. E incluso participó en el nacimiento de Comisiones Obreras. El Padre Llanos (1906-1992) es, sin duda, una de las figuras más interesantes de la Transición y ahora podemos conocer su historia gracias al documental Un hombre sin miedo, de Juan Luis de No (Madrid, 1966), que cuenta con la participación de RTVE y que se estrenará en cines este 7 de junio.
Una de sus imágenes más conocidas fue la fotografía que le tomaron en 1977, durante el primer mitin del recién legalizado Partido Comunista de España en el campo del Rayo Vallecano (que tenéis encabezando esta noticia). "Esa foto levanto una auténtica tormenta política y también dentro de la iglesia —nos comenta Juan Luis—. El padre Llanos era un poco como un influencer de hoy en día y, de repente, su imagen en un momento tan delicado de la transición, con el puño en alto y cantando La Internacional, fue como un golpe súper intenso. Hubo mucha gente que le retiró la palabra, aunque sabían que llevaba muchos años en el Pozo del Tío Raimundo y se relacionaba todo el rato con gente de izquierdas. pero que se significase de forma tan fuerte dio muchísimo que hablar. Pero al final, acabo retomando la relación con muchas de esas personas que le retiraron la palabra, porque Llanos siempre mantuvo relación con gente de todas las ideologías. Eso sí, siempre con el objetivo de mejorar la vida de la gente del barrio, que era su obsesión. Mejorar sus vidas y educar a los jóvenes y a los niños para que el futuro fuera mejor de lo que había sido el pasado".
Pero... ¿Por qué ha querido Juan Luis recuperar ahora al padre Llanos? "Yo me crie en los barrios periféricos de Madrid: Orcasitas, San Fermín... Y allí siempre permanecía el eco del paso del Padre Llanos por el Pozo del Tío Raimundo. Era como un referente. Hace unos años conocía a un señor mayor que tenía un huerto urbano en Vallecas y me estuvo contando sus experiencias personales en El Pozo del tío Raimundo, específicamente con el cooperativismo. Eso me despertó curiosidad y estuve investigando. Y descubrí que la figura del padre Llanos tenía tal poder, era tan poliédrica y tenía un recorrido tan bestia, que tenía que ser el hilo conductor de mi historia".
El cura de moda del Franquismo
Pero antes de sacarse el carnet del partido comunista, el Padre Llanos tuvo un pasado falangista. "Hay que entender que José María Llanos venía de una familia de militares del barrio de Salamanca, de la burguesía acomodada de entonces. En una época en la que el 50% de la población las pasaba canutas, pertenecía a una élite para la que los demás prácticamente ni existían. Cuando le llegó la vocación lo dejó todo, como solía hacer, y se metió en la Compañía de Jesús, lo que no sentó muy bien a su familia, porque abandonó la universidad y renunció a una posible carrera militar para meterse a cura. Y aunque era una familia muy católica no lo vieron bien al principio. Lugo sus hermanos murieron en la guerra, lo que le influyó muchísimo a nivel anímico, pero no creo que eso influyera para que se comprometiese tanto con las estructuras del régimen. Yo creo que lo hizo porque eso es lo que se esperaba de él, porque cuando estuvo estudiando con los jesuitas también era rebelde y una persona muy brillante. Por eso abrazó el Nacionalcatolicismo, porque era lo que se esperaba de él".
"Y muy al principio del régimen, en los años 40 se convirtió en el cura de moda —añade el director—. Por lo que cuentan, daba unos ejercicios espirituales que a la gente de ese círculo los dejaba alucinados. Por eso se hizo muy famoso. Y también porque fue director espiritual de Franco, que recurrió a sus servicios debido a su fama. Por eso tuvo esa relación tan cercana con Franco y su mujer, aunque no tuvo ningún cargo oficial. En los años 80 contó esos encuentros y como Franco lo quería adoctrinar a él, ya que una vez que terminaban los ejercicios espirituales le tocaba aguantarlo. Decía que Franco era una persona muy acostumbrada a que todo el mundo le tuviera que escuchar".
Durante esta etapa, Llanos también creó numerosas organizaciones para el régimen, como "los luises". "Los luises —nos comenta Juan Luis—, eran una especie de congregación donde la élite franquista llevaba a sus hijos. Allí estuvo, por ejemplo, Fraga Iribarne. Llanos les daba ejercicios espirituales para prepararlos como las siguientes élites franquistas. Y muchos llegaron a serlo".
"Pero —añade Juan Luis—, luego se dio cuenta de que eso no era lo que buscaba y empezó a trabajar con gente mucho más joven y que no eran ya de clase tan alta. Porque educar a la juventud para que tuviera un futuro mejor, como luego demostraría en el Pozo del Tío Raimundo, siempre fue una de sus obsesiones. Fundó un montón de iniciativas diferentes dentro del régimen y luego las abandonaba porque no eran auténticas, no iban a conseguir lo que él quería, que era educar a la juventud y generar una nueva España que fuera solidaria, que acabara con la pobreza y con lo mal que lo estaba pasando más de media España".
"Entonces seguía buscando nuevos caminos —continúa el director—. Y fundó el Servicio Universitario del Trabajo (SUT), una iniciativa que pretendía facilitar una aproximación entre los estudiantes y el mundo obrero. Una experiencia que tendría su propia película. Es interesantísimo, porque en cuanto los universitarios empezaban a conectar con el mundo del trabajo se iban volviendo comunistas convencidos. Porque veían de primera mano el maltrato y las grandes diferencias sociales que había. Y lo mal que vivía la gente que se dedicaba al campo o la mina. Yo creo que esto le influyó muchísimo a Llanos. De hecho, cuando se retiró al Pozo se retiró con cuatro o cinco personas, estudiantes, graduados... Y yo creo que ahí nació su simpatía por personas que eran críticas con el régimen. De hecho, de algunos de los personajes que se retiraron con él al pozo, ya habían tenido problemas con la Falange y problemas por cuestionar muchas de las cosas que se les decía. Y luego, como dijo Llanos cuando fue al Pozo: "Vine a evangelizar al pueblo y el pueblo me evangelizó".
Su llegada a El Pozo del Tío Raimundo
Tras esas experiencias, Llanos empezó a simpatizar con el comunismo y a tender puentes entre las dos Españas, desde la clandestinidad. "Eso no sucedió de la noche a la mañana, sino que fue un proceso —nos comenta Juan Luis—. Él ya sabía cómo era la vida en la periferia de Madrid porque iba con su padre a hacer caridad. Y a medida que se decepcionaba con el mundo en el que estaba, que no veía operativo para sus objetivos de ayudar a la gente, se iba acercando a ese mundo. Incluso llegó a usar a sus antiguos amigos del régimen para que ayudaran a conseguir cosas para el Pozo".
El 24 de septiembre de 1955 Llanos se fue a El Pozo del Tío Raimundo en un coche conducido por José María, el padre de Alberto Ruíz Gallardón. Le acompañaban tres seminaristas: Pedro Borrejón, Fernando Elena y Pepe Jiménez de Parga. "El coche del padre de Gallardón no pudo pasar debido a la gran cantidad de barro que había —nos explica Juan Luis—. Y tuvieron que hacer el final del camino andando. En aquella época era un barrio al que llegaba gente de toda España en busca de una vida mejor. Y vivían en chabolas muy precarias. No tenían agua corriente ni luz y tenían que hacer sus necesidades en medio del campo. Para conseguir agua debían cruzar las vías del tren, por lo que hubo muchos atropellos".
"Él llegó con la idea de dar testimonio de cómo era la vida en esas chabolas —añade el realizador—, pero con la personalidad que tenía no tardó en ponerse manos a la obra. Construyó un puente para que la gente no tuviera que cruzar las vías del tren y empezó a sacarles el dinero a sus antiguas amistades en el centro de Madrid para hacer una cooperativa. Cuando llegó estaban los hermanos Santos, que vendían ilegalmente los terrenos y obligaban a la gente a comprarles a ellos los materiales de construcción para hacer las chabolas. Así que junto a Fernando Elena, que fue fundador de la Cooperativa de El Pozo y un hombre muy importante en la historia del lugar, montó una cooperativa con la que compraba esos materiales al por mayor y se los vendían a la gente a crédito, para que pudieran construir sus chabolas. También construyó un aljibe para que hubiese agua y pozos negros que luego pasaron a ser fosas sépticas. Y así con una iniciativa detrás de otra".
Juan Luis también recuerda una de las anécdotas más conocidas del lugar: "Era un momento en el que el franquismo le había declarado la guerra a las chabolas, porque daba mala imagen de España. pero la gente tenía que vivir en algún sitio. Entonces, había una ley no escrita que era si tú construías tu chabola por la noche, cuando llegaba la Guardia Civil por la mañana, si habías techado y tu familia estaba allí viviendo, no te la podían tirar. Y en una ocasión se acercaron a tirar una de estas chabolas y Llanos se puso delante de la máquina y tiró su capa sobre el tejado de la chabola diciendo: "Esto es propiedad del vaticano". Y los que iban a tirar la chabola se retiraron, porque no se atrevieron a demolerla. Por lo visto lo hizo varias veces y está contrastado".
"Comisiones Obreras nació en El Pozo del Tío Raimundo"
Para el documental, Juan Luis de No ha conseguido numerosos testimonios, desde gente como Cristina Almeida, Nicolás Sartorius, José María Álvarez del Manzano, Dolores Ruiz-Ibárruri (Nieta de Dolores Ibárruri “La Pasionaria”) o Paquita Sauquillo. Pero también los de numerosos amigos y gente que conoció al Padre Llanos: "Estoy enamorado de todos los personajes o de casi todos. Destacaría, por ejemplo, el testimonio de Angelines, vecina del Pozo desde niña, que cuenta cómo fue para ella, vivir allí, como vio sufrir a sus padres y lo dura que era la vida entonces. Pero Angelines también destaca que El Pozo la formado como persona y por eso está muy agradecida de haber vivido allí, porque ella cuenta que tiene una conciencia social y de clase que no hubiera tenido si no se hubiera criado allí".
"Muchos de los testimonios —continúa—, son de gente que fue educada por Llanos, porque una de las primeras cosas que hizo fue centrarse en la educación de los niños. Una educación que —además—, no tenía nada que ver con la que se daba oficialmente en las escuelas de la época. Una educación con una conciencia social diferente, con una serie de ideas y de valores que muchos de ellos siguen defendiendo ahora. Eso de ver el mundo como una cosa universal, la solidaridad... Estos chavales educados por Llanos luego se convertirían en los líderes del movimiento vecinal. Y también hay testimonios de personas que nos hablan de la lucha obrera, que Llanos puso en marcha a partir de los 60, y de la aparición de Comisiones Obreras A los que Llanos protegió. Y es que Comisiones Obreras nació y se fundó en el Pozo de Raimundo".
Destacar las imágenes de archivo que aparecen en el documental y que nos sitúan inmediatamente en esa época. "En cuanto a imágenes filmadas —confiesa Juan Luis—, fue prácticamente imposible encontrar nada fuera de Televisión Española, porque la gente no iba a esos barrios con una cámara. Por lo menos hasta que apareció Tino Calabuig, un artista multidisciplinar que ya es bastante mayor pero que entonces lideraba el "Colectivo de cine de Madrid", un grupo que era de la órbita del Partido Comunista de España y que eran los únicos que se atrevían a salir con una cámara de 16 milímetros a la calle. En aquella época rodaban manifestaciones y muchas de las imágenes que conservan Televisión Española y la Filmoteca Nacional son de este grupo. Tino hizo una película que se llamó La ciudad es nuestra (1975), que es la única de los setenta con imágenes de estos barrios periféricos de Madrid, los barrios de chabolas Y ese material ha sido oro puro para nosotros. Tino ha sido muy generoso con nosotros y nos cedió esas imágenes".
"También fue Tino, personalmente, quien rodó las imágenes que tenemos inmediatamente posteriores a los atentados de Atocha, en el bufete de abogados laboralistas, que son unas imágenes impresionantes. Al parecer fue la propia Cristina Almeida la que lo llamó y le dijo que fuese a rodar antes de que se limpiara la escena del crimen".
"Además —añade el director—, muchas personas nos han cedido sus fotografías familiares para que investiguemos. La asociación de Vecinos Miguel Ángel Pascual también ha hecho una gran labor para atesorar y conservar estas fotografías. Sin olvidar el archivo de los Jesuitas, que nos lo han abierto totalmente y donde hemos encontrado muchas cosas importantes de la primera etapa de Llanos. También nos han ayudado archivos oficiales como el de la Comunidad de Madrid, que tenía un catálogo que hizo el régimen franquista de viviendas. Mandaban a fotógrafos profesionales a fotografiar a las familias en la puerta de su casa con un número en la mano para una especie de estadística de cuánta gente había viviendo allí y quiénes eran. Son unas fotos impresionantes"
Por último preguntamos a Juan Luis de No ¿Cuál sería el legado del padre Llanos?: "Nos queda la Fundación José María Llanos, que en mi opinión hace una labor importantísima de educación. Está muy centrada en la educación y tienen la escuela Estrella del Sur, donde forman a chavales de barrios periféricos y de familias humildes en temas relacionados con la hostelería, sobre todo con la cocina. Una escuela que es un referente nacional. También tienen un instituto de Formación profesional con varias ramas y un centro para atender, ayudar y asesorar a las mujeres maltratadas. Han creado todo un una red asistencial para darles cobijo en todos los sentidos. También apoyan mucho a los inmigrantes. Y en el barrio hay un poso de gente mayor que tienen muy presente de donde vienen y gente joven que está redescubriendo esa figura del padre Llanos a través de sus abuelos y sus padres. El padre Llanos sigue estando muy presente".